(4:3,4) Los creyentes están unidos por una "paz" común entre ellos y entre ellos y Dios. ¡Esa paz es el rasgo de carácter unificador que todos compartimos, ya sea que nos demos cuenta o no! Una de las obras del Espíritu Santo es instruirnos de acuerdo con la Palabra revelada de Dios (el Hijo) en cuanto a nuestros bienes y privilegios como miembros de la familia de Dios. Somos una sola empresa, el Cuerpo de Cristo, con "una sola esperanza" un solo destino.

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