B. MULTIPLICACIÓN DE LOS PANES 4:42-44

TRADUCCIÓN

(42) Y vino un hombre de Baal-shalisha, y trajo al hombre de Dios pan de las primicias, veinte panes de cebada y grano en su saco. Y él dijo: Dáselo al pueblo, para que coma. (43) Y su ministro dijo: ¿Cómo pondré esto delante de cien hombres? Y él dijo: Dadlo al pueblo para que coma, porque así ha dicho Jehová: Comerán, y sobrará. (44) Y lo puso delante de ellos, y comieron, y sobraron conforme a la palabra de Jehová.

COMENTARIOS

Gilgal parece ser el escenario del último milagro registrado en el capítulo 4. Un hombre vino de cerca de Baal-shalisha para llevarle a Eliseo las primicias de su cosecha. Parecería por esto que los más piadosos entre los israelitas consideraban que los profetas habían heredado la posición de los sacerdotes levitas a quienes Jeroboam había expulsado de la tierra. Según la ley, las primicias de grano, vino y aceite debían darse a los sacerdotes ( Números 18:13 ; Deuteronomio 18:4-5 ).

El hombre trajo veinte hogazas de pan, cada hogaza era el equivalente de lo que un hombre comería en una comida. Junto con estas tortas de pan, el hombre trajo algunas espigas maduras que eran una muestra de su gratitud por las misericordias de la cosecha de Dios (cf. Levítico 23:10 ).

Al recibir este pequeño regalo, Eliseo ordenó que los panes fueran colocados ante los hijos de los profetas que residían en Gilgal ( 2 Reyes 4:42 ). El sirviente de Eliseo, presumiblemente Giezi, estaba incrédulo. ¡La cantidad de comida apenas alcanzaba para una quinta parte de los cien hombres que vivían en Gilgal! Pero ante esta objeción el profeta repitió sus instrucciones, y añadió una explicación en forma de oráculo profético.

Dios le había revelado que la cantidad de comida sería suficiente para los cien hombres, y que ellos demostrarían que estaban hartos dejando un poco de ella ( 2 Reyes 4:43 ). El resultado fue como lo predijo el profeta ( 2 Reyes 4:44 ).

Es inútil especular cómo se realizó este milagro, ya sea por un aumento de la cantidad de alimentos producidos sobrenaturalmente, o por una disminución de los apetitos de los hombres. Un estudio cuidadoso de los milagros de alimentación atribuidos al Señor Jesús sugeriría que la primera explicación es la correcta. Al registrar este episodio, el escritor probablemente tenía dos motivos en mente: (1) demostrar cómo el Señor provee para Sus siervos; y (2) para proporcionar otro ejemplo de los poderes milagrosos de Eliseo, de un tipo diferente de los relatados anteriormente.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad