Considere al pueblo hebreo. Parte de cada sacrificio era comido por los que servían en el templo, y parte quemada en el altar a Dios. Al hacer esto, compartían con Dios, en el sacrificio. El falso maestro (que también era judío) había aconsejado a los cristianos de Corinto que comieran los sacrificios de los ídolos (en el templo de los ídolos). Los que hacían esto participaban del sacrificio del ídolo.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad

Antiguo Testamento