Salmo 116 celebra esta liberación cuando estaban al borde de la muerte. Jehová los había oído, y andarían delante de Jehová en la tierra de los vivientes. Desde este punto de vista, es un recital continuo de la misericordiosa misericordia de Jehová: fueron abatidos y Él los ayudó. Atrajo su amor hacia Él. Tal era el carácter de Jehová.

Él preserva lo simple. El alma tan duramente probada podría volver a su descanso. La muerte de sus santos fue preciosa a sus ojos; y ahora, delante de todo su pueblo, en los atrios de la casa de Jehová, en medio de Jerusalén, pagaría los votos que hizo en su angustia cuando invocó a Jehová. Ofrecería el sacrificio de acción de gracias. La cita del apóstol muestra cómo estos salmos pueden usarse como que contienen principios santos de vida para cada santo.

A pesar del sufrimiento y la prueba, la confianza en Jehová abrió la boca del creyente. El pasaje no se aplica a Pablo, ni él dijo en su prisa que todos los hombres eran mentirosos, aunque hay algo así en "todos buscan lo suyo propio"; pero el principio general e importante que el apóstol puede adoptar. La palabra, traducida como "prisa", no es prisa en el sentido de defecto moral, precipitación, sino angustia, más bien angustia repentina o alarma por la presión de las circunstancias, y por lo tanto apresurarse.

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