13. Si estamos fuera de nosotros mismos. Esto se dice a modo de concesión; porque la gloria de Pablo era sensata, o era, si podemos llamarlo así, una locura sobria y muy juiciosa; (542) pero como parecía tonto a los ojos de muchos, habla de acuerdo con sus puntos de vista. Ahora declara dos cosas: en primer lugar, que no se da cuenta de sí mismo, sino que tiene este único objetivo en mente: que pueda servir a Dios y a la Iglesia; y, en segundo lugar, que no le teme a la opinión de los hombres, por lo que está preparado para ser considerado cuerdo o demente, siempre y cuando solo tramite fielmente los asuntos de Dios y la Iglesia. El significado, por lo tanto, es el siguiente: “En cuanto a mi mención tan frecuente de mi integridad, las personas tomarán esto como lo deseen. Sin embargo, no lo hago por mi propio bien, sino que, por el contrario, tengo a Dios y a la Iglesia exclusivamente a la vista. Por lo tanto, estoy preparado para guardar silencio y hablar, según lo requiera la gloria de Dios y la ventaja de la Iglesia, y estaré muy contento de que el mundo me reconozca fuera de mí, siempre que no sea para mí, sino para Dios, que estoy fuera de mí. ” (543) Este es un pasaje que no solo merece atención, sino también meditación constante; a menos que tengamos nuestras mentes así reguladas, las más pequeñas ocasiones de ofensa nos alejarán de vez en cuando de nuestro deber.

Si estamos fuera de nosotros, es para Dios, o si estamos sobrios, es por su causa, (2 Corintios 6:13,)

defiende que hable tanto de su integridad. Aunque algunos hombres lo considerarían descabellado por ello, no considera su juicio; porque si estuviera en éxtasis, o fuera de sí, su propósito era servir a Dios y a su Iglesia, y por lo tanto no consideraba la opinión de los hombres, ya sea que se le considerara loco o sobrio, para que pudiera cumplir el fin de su Apostolado. . El sentido, por lo tanto, de eso, como lo expresa Calvino, es esto: 'Que los hombres lo tomen como quieran, que hablo tanto de mi integridad, no lo hago por mi propia cuenta, sino que respeto a Dios y a los demás. Iglesia al hablar de ello; porque estoy tan listo para guardar silencio como para hablar, cuando mi silencio pueda glorificar a Dios y beneficiar a la Iglesia tanto como mi discurso. "- Charnock’s Works, (Lond. 1684,) volumen 2, p. 65. - Ed.

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