2. Para que sean conscientes. Con estas palabras, él insinúa que tenemos suficiente en los escritos de los profetas, y en el evangelio, para despertarnos, siempre que seamos tan diligentes como nos corresponde, al meditar en ellos; y que nuestras mentes a veces se contraen un óxido, o quedan atrapadas en la oscuridad, se debe a nuestra pereza. Para que Dios pueda brillar continuamente sobre nosotros, debemos dedicarnos a ese estudio: dejemos que nuestra fe al mismo tiempo acepte en testigos tan seguros y creíbles. Porque cuando tenemos a los profetas y apóstoles de acuerdo con nosotros, es decir, como ministros de nuestra fe, y a Dios como autor, y a los ángeles como aprobadores, no hay razón para que los impíos, todos unidos, nos alejen de nuestra posición. Por mandamiento de los apóstoles se refiere a toda la doctrina en la que habían instruido a los fieles. (176)

El verbo μνησθὢναι está conectado con "despertar"; y en este tiempo se usa tanto activa como pasivamente. Consulte Mateo 26:75 y Hechos 10:31. Hay en el sustantivo ἐντολὴ, una metonimia, el mandamiento de lo que se ordenó que se enseñara, la doctrina. Tiene este significado, según Schleusner, en Juan 12:50, y en esta Epístola, 2 Pedro 2:21. - Ed

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