27. Entonces Dios creó al hombre.  La repetición reiterada de la imagen de Dios no es una repetición vana. Es una notable muestra de la bondad divina que nunca puede ser proclamada suficientemente. Y al mismo tiempo, nos advierte de la excelencia de la cual hemos caído, para que pueda despertar en nosotros el deseo de su recuperación. Cuando poco después agrega que Dios los creó hombre y mujer, nos encomienda ese vínculo conyugal mediante el cual se nutre la sociedad de la humanidad. Porque esta forma de expresión, Dios creó al hombre, varón y hembra los creó, tiene la misma fuerza que si hubiera dicho que el hombre mismo estaba incompleto. (94) En estas circunstancias, la mujer fue añadida a él como compañera para que ambos fueran uno, como él lo expresa más claramente en el segundo capítulo. Malaquías también quiere decir lo mismo cuando relata (Génesis 2:15) que Dios creó a un hombre, aunque, sin embargo, poseía la plenitud del Espíritu.  (95) Porque allí trata de la fidelidad conyugal, que los judíos estaban violando con su poligamia. Con el propósito de corregir esta falta, llama a esa pareja, compuesta por hombre y mujer, que Dios había unido al principio, un solo hombre, para que cada uno aprenda a contentarse con su propia esposa.

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