14. Y verás. Con la palabra "ver", expresa una experiencia indudable, de que los creyentes pueden no dudar sobre el resultado, pero, abrazando esta predicción con plena creencia, pueden soportar pacientemente por un tiempo la esterilidad de la Iglesia.

Y tus huesos florecerán como hierba. Ilustra su declaración anterior con una metáfora, diciendo que "sus huesos" recuperarán su vigor anterior, ya que la "hierba" desteñida se vuelve fresca y verde nuevamente. Menciona los "huesos", que comúnmente se secan por un espíritu melancólico (Proverbios 17:22) y, por otro lado, se reabastecen y revitalizan con una disposición alegre y alegre. Así describe una alegría ardiente e invaluable, y parece aludir a la tristeza por la cual los creyentes habían estado casi secos durante el cautiverio, y se habían convertido en hombres muertos. Por lo tanto, el Señor los consuela y promete que la Iglesia florecerá y abundará en todo lo que sea deseable; como si los huesos, que querían humedad, recuperaran su vigor anterior, o como la hierba, que parece estar muerta durante el invierno, recupera su frescura cada año.

Y la mano de Jehová se conocerá hacia sus siervos. Para que puedan apreciar la confianza, él les pide que resuciten ante Dios, quien luego revelará su ayuda. De esto se deduce que la mano de Dios no siempre se ha conocido, pero a veces se ha mantenido oculta, como si no le importara su pueblo. A primera vista, parecía haberlos desechado; para Daniel, y otros hombres buenos, (Daniel 1:6,) no menos que Sedequías, (Jeremias 52:9) fueron llevados al cautiverio. Él dice que cuando el buen tiempo les sonría, habrá tal distinción entre lo bueno y lo malo, como para manifestar esta mano, que anteriormente estaba oculta en cierta medida; porque ya no se ocultará ni permitirá que los malvados asolen sin control, sino que abiertamente mostrará cuán grande es su solicitud por su pueblo. Por lo tanto, si por un tiempo los enemigos tienen la superioridad y persiguen su curso sin ley sin ser castigados, si parece que se nos pasa por alto y no tenemos ninguna ayuda, no nos desesperemos; porque llegará el momento en que el Señor se revelará y nos rescatará de sus asaltos y tiranías.

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