3. He aquí, el que amas está enfermo. El mensaje es corto, pero Cristo podría aprender fácilmente de él lo que deseaban las dos hermanas; porque, en virtud de esta queja, expresan modestamente su solicitud de que estaría encantado de concederles alivio. No se nos prohíbe, de hecho, usar una forma más larga de oración; pero nuestro objetivo principal debe ser derramar en el seno de Dios todas nuestras preocupaciones y todo lo que nos angustia, para que pueda permitirse la liberación. Tal es la forma en que las mujeres actúan hacia Cristo: claramente le cuentan su angustia, por lo que esperan algo de alivio. También debemos observar que, por el amor de Cristo, son guiados a tener una esperanza segura de obtener ayuda, aquel a quien amas; y esta es la regla invariable de orar correctamente; porque donde está el amor de Dios, la liberación es segura y cercana, porque Dios no puede abandonar al que ama

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