38. Señor, he aquí, aquí hay dos espadas. Fue una verdadera ignorancia vergonzosa y estúpida, que los discípulos, después de haber sido informados tan a menudo sobre llevar la cruz, imaginen que deben luchar con espadas de hierro. Cuando dicen que tienen dos espadas, no está claro si quieren decir que están bien preparados contra sus enemigos o si se quejan de que no tienen armas. Es evidente, al menos, que eran tan estúpidos como para no pensar en un enemigo espiritual. En cuanto a la inferencia que los Doctores de Derecho Canónico extraen de estas palabras, que sus obispos mitrados tienen una doble jurisdicción, no es solo una alegoría ofensiva, sino una burla detestable, por la cual ridiculizan la palabra de Dios. Y era necesario que los esclavos del Anticristo cayeran en tal locura, de pisotear abiertamente bajo los pies, con un desprecio sacrílego, los sagrados oráculos de Dios.

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