53. Estableció su rostro con firmeza. Con esta expresión, Lucas nos ha informado que Cristo, cuando tuvo la muerte ante sus ojos, se levantó por encima del miedo y se adelantó para enfrentarlo; pero, al mismo tiempo, señala que tuvo una lucha y que, tras vencer el terror, (589) se presentó valientemente para morir. Porque si no había temido, sin dificultad, sin lucha, sin ansiedad, había estado presente en su mente, ¿qué necesidad había de que él estableciera su rostro firmemente? (590) Pero como no estaba desprovisto de sentimientos ni bajo la influencia de una estupidez tonta, debe haber sido afectado por la muerte cruel y amarga, o más bien la agonía espantosa y terrible, que sabía que lo superaría del riguroso juicio de Dios; y hasta ahora es esto de oscurecer o disminuir su gloria, que es una prueba notable de su amor ilimitado hacia nosotros; por dejar a un lado su consideración para poder dedicarse a nuestra salvación, en medio de los terrores se apresuró a morir, el tiempo del cual sabía que estaba cerca.

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