25. Porque el que salvaría su vida la perderá. Es el consuelo más apropiado, que aquellos que voluntariamente sufren la muerte por causa de Cristo (467) realmente obtienen vida; porque Mark declara esto expresamente como el motivo para que los creyentes mueran, por mi bien y por el Evangelio, y en las palabras de Mateo se debe entender lo mismo. A menudo sucede que los hombres no religiosos son impulsados ​​por la ambición o la desesperación a despreciar la vida; y para tales personas no será una ventaja que sean valientes para enfrentar la muerte. La amenaza, que contrasta con la promesa, también tiene una poderosa tendencia a sacudirse la pereza carnal, cuando recuerda a los hombres que desean la vida presente, que la única ventaja que cosechan es la de perder la vida. Hay un contraste entre la muerte temporal y la eterna, como hemos explicado en Mateo 10:39, donde el lector encontrará el resto de este tema. (468)

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