22 Se preguntaban por él. Aquí, también, parece cómo Dios vuelve a un propósito diferente los intentos malvados de sus enemigos, y no solo decepciona sus expectativas, sino que incluso los hace retroceder con vergüenza. A veces sucederá, sin duda, que los hombres malvados, aunque vencidos, no dejan de gruñir; pero, aunque su insolencia no sea tenue, por muy numerosos que sean sus ataques a la Palabra de Dios, hay un número igual de victorias que Dios tiene en su mano, para triunfar sobre ellos y Satanás sobre su cabeza. Pero en esta respuesta, Cristo tuvo la intención de dar una muestra peculiar de su gloria, al obligar a esos hombres a partir coronados de vergüenza.

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