En el segundo verso, él expresa más claramente su mente. Perdido, dice, tiene a los justos (182) de la tierra, y no hay ninguno recto (183) entre hombres. Aquí ahora él no personifica la tierra. De hecho, fue un lenguaje contundente y enfático, cuando se quejó al principio, que gimió como si la tierra estuviera avergonzada de su escasez: pero el Profeta ahora ejerce el oficio de maestro, Perished, dice, tiene a los justos de la tierra; no hay nadie recto entre los hombres; todos acechaban sangre; todos cazan a su hermano como con una red. En este verso, el Profeta muestra brevemente que todos estaban llenos de crueldad y perfidia, que no había cuidado de la justicia; como si dijera: En vano se buscan hombres buenos entre este pueblo; porque todos son sangrientos, todos son fraudulentos. Cuando dice que todos esperaban sangre, sin duda tenía la intención de exponer su crueldad, como si hubiera dicho, que tenían sed de sangre. Pero cuando agrega, que cada uno acechaba a sus hermanos, alude a sus fraudes oa su perfidia.

Ahora percibimos el significado del Profeta: y la forma en que adopta es más enfática que si Dios, en su propio nombre, hubiera pronunciado las palabras: porque, como los hombres estaban fijos, y como si se ahogaran, en su propio descuido, el Profeta introduce aquí la tierra como hablando, que acusa a sus propios hijos y confiesa su propia culpa; sí, anticipa el juicio de Dios y reconoce estar contaminado por sus propios habitantes, de modo que no queda nada puro en él. Sigue -

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