4. Porque como en un cuerpo, etc. Lo mismo que había dicho anteriormente de limitar la sabiduría de cada uno según la medida de la fe, ahora confirma por una referencia a la vocación de los fieles; porque estamos llamados a este fin, para que podamos unirnos en un solo cuerpo, ya que Cristo ha ordenado una comunión y conexión entre los fieles similar a la que existe entre los miembros del cuerpo humano; y como los hombres no podían por sí mismos unirse en tal unión, él mismo se convierte en el vínculo de esta conexión. Como entonces el caso es con el cuerpo humano, así debería ser con la sociedad de los fieles. Al aplicar esta similitud, demuestra cuán necesario es que cada uno considere lo que es adecuado para su propia naturaleza, capacidad y vocación. Pero aunque esta similitud tiene varias partes, aún debe aplicarse principalmente a nuestro tema actual, que como los miembros del mismo cuerpo tienen distintos oficios, y todos ellos son distintos, ya que ningún miembro posee todos los poderes, ni se apropia de las oficinas de otros; así que Dios nos ha distribuido varios dones, por medio de los cuales la diversidad ha determinado el orden que debería observarse entre nosotros, para que cada uno se conduzca de acuerdo con la medida de su capacidad y no se meta en lo que pertenece peculiarmente a otros; ni nadie debe buscar tener todas las cosas por sí mismo, sino contentarse con su suerte y estar dispuesto a abstenerse de usurpar las oficinas de otros. Sin embargo, cuando señala con palabras expresas la comunión que existe entre nosotros, al mismo tiempo insinúa cuánta diligencia debería haber en todos, para que puedan contribuir al bien común del cuerpo de acuerdo con las facultades. ellos poseen. (385)

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