5 Lo puso como testimonio en José. La palabra hebrea עדוה, eduth, deriva de עדה, adah, que significa adornar; y lo traducen como el honor o el adorno de José. Pero más bien proviene del verbo עוד, ud, testificar; y el alcance del pasaje requiere que se traduzca un testimonio o pacto. Además, cuando se nombra a José en particular, hay una referencia al primer original del pueblo elegido, cuando, después de la muerte de Jacob, se distinguieron las doce tribus. Como la soberanía en ese momento no había llegado a la tribu de Judá, y como Rubén había caído de su derecho de primogenitura, la posteridad de José tuvo justamente la preeminencia, debido a los beneficios que había sido instrumental en la concesión; habiendo sido el padre y el alimentador de sus hermanos y de toda la nación. Además, lo sagrado del pacto se elogia con un llamamiento especial al hecho de que, en el momento en que Dios estipuló que este honor debía ser entregado a él, había comprado esa gente para sí mismo; como si se hubiera dicho: La condición sobre la cual se entregó a la gente fue que se reunieran en los días señalados para renovar el recuerdo de la gracia que se había ejercido hacia ellos. Las palabras cuando salió se aplicarán igualmente a Dios y al pueblo. (406) Es una forma común de expresión hablar de Dios como yendo delante de su pueblo, como un pastor va delante de su rebaño, o como un general antes su ejercito Cuando se dice SOBRE LA tierra de Egipto, algunos piensan que hay una alusión a la situación de Judea, que era más alta que la de Egipto; para que suban los que salen de Egipto a Judea. Pero entiendo que el lenguaje significa simplemente, que la gente, teniendo a Dios como su conductor, pasó libremente y sin obstrucciones por la tierra de Egipto, los habitantes estaban tan desanimados y consternados que no se atrevieron a oponerse a su paso. (407) El profeta mejora la bendición de su liberación, cuando, hablando en nombre de todo el pueblo, afirma que había sido rescatado de la profunda barbarie: Escuché un idioma que no entendí. (408) Nada es más desagradable que quedarse entre un pueblo con el que no podemos comunicarnos por el idioma, que es el principal vínculo de la sociedad. Siendo el lenguaje, por así decirlo, la imagen y el espejo de la mente, quienes no pueden emplearlo en sus relaciones mutuas no son menos extraños entre sí que las bestias salvajes del bosque. Cuando el profeta Isaías (Isaías 33:19) tiene la intención de denunciar un castigo muy terrible, dice: "Verás a un pueblo feroz, un pueblo de habla más profunda de lo que puedes percibir; de lengua tartamudeante, que no puedes entender. Así, la gente reconoce que el beneficio que Dios le otorgó fue mucho más valorado, porque fueron liberados de los egipcios, con cuyo idioma no estaban familiarizados. (409)

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