Bruston toma καὶ ἐκ τῶν ἑπτὰ ἐστιν como una traducción de השבעה הוא ומן, en el sentido de que el octavo era más (o mayor) que los siete, es decir , realizando más plenamente el ideal de la Bestia. Pero incluso si el caso de un original hebreo fuera más claro de lo que es, tal interpretación es forzada. El versículo es en realidad un paréntesis agregado por Juan para actualizar la fuente.

Domiciano, el octavo emperador, bajo el cual escribe, se identifica con el verdadero genio nerónico del imperio; él es un renacimiento y una encarnación de la Bestia perseguidora ( cf. Eus. HE iii. 17, Tert. Apocalipsis 5 ; Apocalipsis 5 : portio Neronis de rawlitate, de pallio 4: a sub-Nero) al profeta cristiano, como él demostró ser un segundo Nerón para algunos de sus súbditos romanos ( cf.

La conocida burla de Juvenal al caluus Nero ). Esto no significa que Juan racionalice a Nero redivivus en Domiciano, lo que desenfocaría completamente el resto del oráculo. Domiciano, el octavo emperador, no se explica como la Bestia que era y no es y que ha de subir del abismo ( Apocalipsis 17:8 ), sino simplemente como la Bestia que era y no es ; no se hace alusión a su término de poder, y la frase final καὶ εἰς ἀπ.

ὑπάγει es simplemente la profecía convencional de condenación sobre los perseguidores; no es necesario que sea una referencia post factum al asesinato de D. en el 96. Pertenecía a los siete , ya que ya había estado estrechamente asociado con el poder imperial (Tac. Hist. iii. 84, iv. 2, 3; cf. Jos. Bell . IV. 11, 4). El tono enigmático y cortante del verso muestra que, ya sea por prudencia ("alguna consideración hacia el que es digno incluso de un profeta", Mommsen), o más probablemente por la preocupación en la figura sombría y ulterior del anticristo nerónico, el profeta no se preocupa de detenerse minuciosamente en la personalidad del emperador como un Nerón encarnado.

Ni siquiera alude a la sospecha expresada por sus contemporáneos (4 Esd. 11:12) de que Domiciano se había llevado a Tito. Su visión está tensa, como la de su fuente, hasta el conflicto final y sobrenatural; el mesías satánico, la Bestia que ha de regresar del abismo, ocupa el lugar más destacado en el horizonte. El interés absorbente del oráculo, incluso en su forma editada, es escatológico.

Juan simplemente pone algunas palabras, las menos posibles, para actualizar esta fuente vespasiana, ya que a la muerte de Tito no había seguido la aparición del Nerón-anticristo. ¡Sin embargo, este último aún está y pronto llegará! John comparte a fondo, aunque amplía y aplica, la predicción de su fuente. La adición que le hace en Apocalipsis 17:11 no debe tomarse en ningún caso como si significara la sustitución de “Domiciano = Nero redivivus” por la expectativa sobrenatural de este último. Ciertamente hay algo de torpeza en la yuxtaposición de Domiciano como un segundo Nerón y de Nerón redivivus, pero esto era inevitable dadas las circunstancias.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad

Antiguo Testamento