S puntúa de manera ingeniosa pero torpe después de “Hallelujah”, conectando ὅτι κ. τ. λ., con el subsiguiente χαίρωμεν. ἐβασίλευσε κ. τ. λ. Una versión sublimada de la antigua consigna ΚΥΡΙΟΣ ΑΥΤΟΣ ΒΑΣΙΛΕΥΣ ΗΜΩΝ que había sido el grito de guerra de los judíos piadosos y especialmente de los fariseos ( p. ej ., Sal. Sol. 17:1, 2, 38, 51, 2:34 36, 5:20 , 21) durante el conflicto con la agresión romana.

Este epitalamio divino es el último canto de alabanza del Apocalipsis. En este punto también el escritor vuelve por un momento al Cordero, ausente desde Apocalipsis 17:14 de sus páginas, y nuevamente ausente hasta Apocalipsis 21:9 .

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Antiguo Testamento