Del destino de los que no permanecen en Él, Jesús pasa a los resultados de la adhesión fiel ἐὰν μείνητε … ὑμῖν. La expresión está alterada de la de Juan 15:3 ; Juan 15:5 , en lugar de “y yo en vosotros”, ahora tenemos “y mis palabras permanecen en vosotros”; es por medio de su enseñanza y de sus mandamientos que Cristo mora en su pueblo, y por su palabra son aptos para dar fruto, Juan 15:3 .

No es que Sus palabras sean un sustituto de Su presencia personal, sino su medio. Pero su presencia no es para energizarlos como si fueran máquinas; deben considerar las exigencias que se presenten y, dando juego al juicio ya la conciencia, deben pedir las manifestaciones apropiadas de la gracia: ὃ ἐὰν θέλητε αἰτήσασθε, “pedid lo que queráis”. Las peticiones así impulsadas por la palabra de Cristo que mora en nosotros necesariamente serán respondidas: καὶ γενήσεται ὑμῖν.

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