ὅτι καταβέβηκα … ἡμέρᾳ. En todas partes Jesús se anticipa a la idea de que Él habla por Sí mismo, y emite juicios meramente humanos, o de alguna manera está regulado en Su acción por lo que es arbitrario: es la Voluntad Suprema que Él representa. Y esta voluntad requiere que Él proteja y provea todo lo que se le ha encomendado. ἵνα πᾶν ὃ δέδωκέ μοι, sobre este nominativo absoluto, véase Lücke o Raphel, quienes lo justifican con muchos ejemplos.

Se indican los aspectos positivos y negativos de la obra del Redentor y la permanencia de sus resultados. Sobre ἀναστήσω… ἡμέρᾳ, Bengel dice: “Hic finis est ultra quem periculum nullum”, y Calvin finamente: “Sit ergo hoc animis nostris infixum porrectam esse nobis manum a Christo, ut nos minime in medio cursu deserat, sed quo ejus ductu freti secure ad diem ultimum oculos attollere audeamus”. Es una salvación perfecta y duradera que el Padre ha diseñado para darnos en Cristo.

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