A su pregunta, Jesús, como de costumbre, no da una respuesta categórica, sino que responde primero repeliendo la insinuación contenida en su pregunta y luego mostrando que Él era más grande que Abraham (ver Plummer). Ἐὰν ἐγὼ δοξάζω. “Si me he glorificado a mí mismo, mi gloria no es nada; mi Padre es el que me glorifica”. Él no puede lograr que entiendan que no es la autoafirmación de Su parte lo que impulsa Sus reclamos, sino el cumplimiento de la comisión de Su Padre.

Este “Padre” del que habla y que así lo glorifica es el mismo ὃν ὑμεῖς λέγετε ὅτι… “¿de quien decís que es vuestro Dios?”. Su testimonio, por tanto, debéis recibir; y la razón por la cual no lo hacéis es esta, οὐκ ἐγνώκατε αὐτόν, ἐγὼ δὲ οἶδα αὐτόν, “vosotros no habéis aprendido a conocerle, pero yo le conozco”. El primer verbo denota conocimiento adquirido, por enseñanza o por observación; en contraste con el segundo, que denota un conocimiento directo y esencial.

καὶ ἐὰν εἴπω … τηρῶ. Lejos de ser falsas las afirmaciones de Jesús sobre su relación con el Padre, sería falso, mentiroso y como ellos, si negara que disfrutaba del conocimiento directo de Dios. “Por el contrario, yo lo conozco y todo lo que hago, incluso lo que os ofende, es el cumplimiento de su comisión, el cumplimiento de su palabra”.

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Antiguo Testamento