ὁ φαρισαῖος, por cuarta vez; esta vez se le designa de la manera más apropiada porque debe actuar en su carácter. εἰ ἦν προφήτης: no es lo peor que podría haber pensado. La presencia de esta mujer implica relaciones previas, de qué tipo no hace falta preguntarse: no profeta, pero ningún pensamiento de impureza; simplemente ignorante como un hombre común. ἐγίνωσκεν ἂν, de indicativo con ἂν, como es habitual en una suposición contraria al hecho.

τίς καὶ ποταπὴ, quién y qué clase de mujer; conocido por todos y conocido por el mal. ἄπτεται: el contacto de un hombre, por leve que sea, con una mujer así, es imposible sin que surja en ella un mal deseo. Así juzgó el fariseo; cualquier otra teoría de su acción le resultaba inconcebible.

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