versión 12. De ahí el severo juicio pronunciado sobre su caso: habiendo condenación, porque anularon su primera fe, no quebrantaron su voto o promesa a la iglesia de permanecer en viudez perpetua, y que, si se hubiera referido, a lo sumo podría haber sido designada su primera , no su primera fe; sino su simple fe en Cristo y su consagración a su servicio cuando asumieron por primera vez el nombre cristiano y fueron admitidos en la iglesia por el bautismo.

Bengel: prima fides , primi temporis fides, quam initio habebant, priusquam viduis adscribebantur. Así también Calvino, quien, con referencia al otro punto de vista, justamente observa que proporciona un sentido demasiado manso, y pregunta, ¿por qué el apóstol debería haber dicho en ese caso primera fe ? Por lo tanto, sostiene que la acusación es de un tipo mucho más grave, a saber, “que se habían apartado de la fe de su bautismo y del cristianismo.

Porque así suele ser el caso, que aquellos que una vez traspasan los límites de la modestia se prostituyen a sí mismos con toda clase de desvergüenza.” La mayor parte de los comentaristas modernos siguen a Tertuliano, Crisóstomo y otros de los antiguos, cuyas tendencias ascéticas los llevaron naturalmente a ver aquí el incumplimiento de una promesa de viudez, junto con el servicio activo a la iglesia. Pero de tal promesa y de tal servicio nada dice el apóstol (como hemos visto), y ciertamente pertenece a un período muy posterior.

Si la colocación de las personas en cuestión en la lista de viudas de la iglesia procedió con una especie de entendimiento o propósito tácito de que continuarían en la viudez, es el todo lo que se puede suponer con justicia. Y representar una simple desviación de tal entendimiento o propósito como si de por sí infiriera una renuncia a su fe cristiana, y el incurrir en la condenación divina, había sido una severidad que parece imposible reconciliar con el genio del evangelio, o con la libertad concedida y sancionada por el mismo apóstol.

No se trata, pues, concluimos, de la simple cuestión de adherirse a un estado de viudez, o de abandonarlo, sino de tal proceder de deserción del decoro y la pureza convirtiéndose en el evangelio de Cristo como argumentado un virtual abandono de la fe. .

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad

Antiguo Testamento

Nuevo Testamento