versión 34 . “ La multitud le respondió: Hemos oído de la ley que el Cristo permanece para siempre; ¿Cómo dices, pues, que es necesario que el Hijo del hombre sea levantado? ¿Quién es este Hijo del hombre?

Juan 12:34 . “¿Cómo dices tú, tú? “Este se opone a nosotros , ἡμεῖς: nosotros que conocemos la ley y aquellos entre nosotros que la explican. Los pasajes a los que aluden los judíos son aquellos en los que se representa al Mesías fundando sobre las ruinas de los imperios paganos un reino eterno: Isaías 9:6 ; Salmo 110:2-4 ; Daniel 7:14 , etc

Sobre el término la ley , véase p. 165. Para resolver la dificultad, los mismos objetores hacen un supuesto sobre el cual piden ser aclarados. Jesús tiene la costumbre de designarse como Hijo del hombre; ¿podría tal vez este nombre designar en su boca a un personaje diferente del Cristo? Esta pregunta no carece de analogía con la que Juan Bautista le dirigió a Jesús desde el centro de su prisión: “¿Eres tú el que ha de venir o debemos buscar a otro?” (Vol.

yo, pág. 323f.). Los judíos ciertamente no quieren decir: ¿Eres tú mismo este Hijo del hombre o algún otro? Él acaba de aplicarse a sí mismo este título, Juan 12:23 . Como Jesús siempre se ha negado a llevar abiertamente ante ellos el título de Cristo, se preguntan más bien si el término Hijo del hombre no designa a un personaje distinto del Mesías, uno de los numerosos precursores que se buscaban.

Meyer y Weiss explican de otra manera: “¡Qué extraño Mesías es el que desea irse, en lugar de transformarlo todo!”. Pero los términos de la pregunta no expresan esta idea. La expresión debe haber sido: ¡Qué clase de Cristo es este! y no: ¿Quién es este Hijo del hombre? Me parece que estas palabras del pueblo prueban que el título Hijo del hombre no se usaba generalmente en Israel para designar al Mesías; y, como ya hemos visto, fue precisamente por esto que Jesús lo había elegido para designarse a sí mismo habitualmente (vol.

yo, pág. 338f.). Nos encontramos de acuerdo en este punto con Colani. La pregunta propuesta por sus oyentes lleva a Jesús a explicarles la importancia vital de la hora presente para Israel en particular.

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