Incluso hoy, es tentador revertir a quien nos enseñó el evangelio glorioso. Debemos recordar que es el mensaje y quien lo envió lo que es digno de honor y no el mensajero. ( 1 Corintios 3:5-7 ) El ángel indica que él es simplemente un mensajero de Dios como lo fueron los profetas antes que él. Él no es digno de adoración, como tampoco lo fueron los profetas, pero Dios sí lo es. Qué interesante darse cuenta de que somos colaboradores de los ángeles en nombre de Dios.

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Antiguo Testamento