La siguió. La Providencia de Dios ordenó que muchísimos judíos seguidores de María vieran a Jesús resucitando a Lázaro, y fueran por tanto testigos irrefutables de su resurrección de entre los muertos; y por lo tanto debe creer en Jesús, y llevar a otros a creer de la misma manera.

Luego, cuando vino María , etc. Cayó a sus pies por reverencia y gratitud, pues una vez rociándolos con sus lágrimas y secándolos con sus cabellos, le había oído decir: Tus pecados te son perdonados; vete en paz (S. Lucas vii. 38). Pero dice lo mismo que su hermana Marta, porque tenían el mismo sentido del dolor, la misma fe, y por lo tanto las mismas palabras; sin embargo, dice menos de lo que había dicho Marta, a quien no le estorbaban las lágrimas. (Beda.)

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Antiguo Testamento