He manifestado Tu Nombre a los hombres que del mundo me diste. "Este fue el deber que le encomendó el Padre". Así S. Crisóstomo. "Tu nombre, no como Dios, sino como el Padre", dice S. Cyril. El Interlín. Gloss dice lo mismo; y S. Agustín ( in loc .), “Porque el Nombre de Dios no era desconocido para los gentiles. En cuanto a que Él hizo el mundo, Dios era conocido por todos los hombres.

En el sentido de que no debía ser adorado junto con dioses falsos, era conocido entre los judíos. Pero en cuanto que es el Padre de Cristo, ahora se manifiesta a través de Cristo.” Y S. Crisóstomo, “Él ya se había manifestado como Hijo de Dios en palabras y en obras”.

que me diste del mundo. Por vocación, y no meramente suficiente, sino eficaz, la gracia se derramó sobre los que me has dado perfecta y completamente, esto es, en cuanto a Mí mismo, también los que fueron llamados por tal gracia preventiva, como era conforme a su libre voluntades, persuadiéndolas a creerte, amarte y seguirte, y que por su parte obedecieron mi llamado, y se apartaron del mundo, de sus deseos y vanidades. Como dijo S. Cecilia, Ella no deseaba tener amistad con el mundo.

Habla más particularmente de los Apóstoles; y Él significa por la expresión "Tú me has dado" (1.) Que el poder y la autoridad que Él tenía sobre Sus discípulos y otros hombres se derivaba de Su Deidad. (2.) Que Dios el Padre por Su gracia preventiva los había movido a creer en Cristo, y seguirlo. (3.) Que el Padre los había separado del mundo y los había entregado a Cristo. (4.) Que Su voluntad humana estaba en conformidad con la voluntad del Padre. (5.) Que Dios el Padre escogió a aquellos a quienes Él deseaba entregar a Cristo como Sus apóstoles, y que Cristo aceptó a aquellos a quienes Él había escogido.

Tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra. Cristo da su bendición de despedida a sus discípulos y les ordena en oración a Dios. Le ruega que los proteja como suyos, porque el Padre se los había dado.

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