Los viejos comentaristas generalmente entendieron que esto significaba que Elijah no tenía otra comida en absoluto, y compararon este largo ayuno con el de Moisés y el de nuestro Señor (referencias marginales). Pero las palabras no excluyen la noción de que el profeta haya obtenido tal alimento de raíces y frutas como el desierto ofrece a un vagabundo, aunque esto solo no lo habría sostenido.

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