En el día en que te pones del otro lado - El momento en que estuvieron de pie, no se define en sí mismo, como un pasado o futuro. Es literalmente; "En el día en que te enfrentes", i. e., contemplar las calamidades del pueblo de Dios; "En el día de los extraños llevándose su fuerza", i. e., “la fuerza de tu hermano Jacob”, de quien acababa de hablar, “y los extranjeros entraron por sus puertas y echaron suertes sobre Jerusalén, tú también como uno de ellos. Uno de ellos "no eran. Edom no era un extraño, ni un extraterrestre, ni parte del ejército invasor; él, cuya fuerza se llevaron, era, acababa de decir, su "hermano Jacob". Edom rompió los lazos de la naturaleza, para convertirse en lo que no era, "como uno de ellos". A propósito no dice, "tú también estabas (הית hayı̂tha) a partir de ellos;" como hubiera dicho, si hubiera querido expresar lo que había pasado. Abdías viendo, en visión profética, la destrucción de Jerusalén, y la parte que los edomitas tomaron allí, lo describe como está ante sus ojos, como el pasado.

Vemos ante nosotros, al enemigo que se lleva todo lo que la fuerza humana de Judá yacía, sus fuerzas y su sustancia, y echando suertes sobre Jerusalén a su pueblo y sus posesiones. Él lo describe como pasado, pero no más, que la visita misma que seguiría, algunos siglos después. De ambos, habla tanto como pasado; de ambos, como futuro. Él habla de ellos como pasados, como si fueran vistos en "Su" mente en cuyo nombre habla. El conocimiento seguro de Dios no interfiere con nuestra agencia libre. “Dios no obliga a nadie a pecar; sin embargo, prevé todos los que pecarán por su propia voluntad. ¿Cómo, entonces, no debería vengarse justamente de lo que, por anticipado, no los obliga a hacer? Porque como nadie, por su memoria, obliga a hacer cosas que pasan, así Dios, por su conocimiento previo, no obliga a hacer cosas que serán. Y como el hombre recuerda algunas cosas que ha hecho, y sin embargo, no ha hecho todas las cosas que recuerda; así que Dios sabe todas las cosas de las cuales es el mismo autor, y sin embargo, no es el autor de todo lo que sabe. De esas cosas, de las cuales no es un autor maligno, es el vengador justo.

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