Más bien, Él ha hecho que todo (el trabajo, Eclesiastés 3:1) sea hermoso (en forma, en armonía con toda la obra de Dios) en su tiempo; también ha puesto la eternidad en su corazón (es decir, el corazón de los hijos de los hombres, Eclesiastés 3:1).

La palabra, traducida "mundo" en el texto, y "eternidad" en esta nota, se usa siete veces en Eclesiastés.

La interpretación "eternidad" se concibe en el sentido de un largo período de tiempo indefinido, de acuerdo con el uso de la palabra a lo largo de este libro, y el resto del Antiguo Testamento. Dios ha puesto en la constitución innata del hombre la capacidad de concebir la eternidad, la lucha por aprehender lo eterno, el anhelo de una vida eterna.

Con el otro significado "el mundo", i. e., el mundo material, o universo, en el que vivimos, el contexto se explica como referido al conocimiento de los objetos con los que este mundo está lleno, o al amor por los placeres del mundo. Este significado parece estar menos en armonía con el contexto que el otro: pero la principal objeción es que le asigna a la palabra en el sentido original un sentido que, aunque se encuentra en hebreo rabínico, nunca tiene el idioma del Antiguo. Testamento.

Entonces ... encuentre - i. e., Sin permitir que el hombre encuentre. Compare Eclesiastés 7:13; Eclesiastés 8:17.

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