En cuanto a nuestro Redentor - Este versículo es absolutamente absoluto y no está relacionado con lo anterior ni con lo siguiente. Parece ser una expresión de admiración, o de agradecida sorpresa, por la cual el profeta vio a Yahweh como el Redentor de su pueblo. Vio, en visión, a Babilonia humillada, y, lleno del tema, estalla en una expresión de agradecida sorpresa y alegría. ‘O! nuestro Redentor! ¡Es la obra de nuestro Salvador, el Santo de Israel! ¡Qué grande es su poder! ¡Qué fiel es él! ¡Cuán manifiestamente se revela! Babilonia es destruida. Sus ídolos no pudieron salvarla. Su destrucción ha sido realizada por el Redentor de su pueblo y el Santo de Israel. Lowth considera este verso como el lenguaje de un coro que interviene en medio del tema, celebrando las alabanzas de Dios. El tema se reanuda en el siguiente verso.

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