Estas cosas - Estas cosas que están por suceder, Juan 16:1. Les había predicho que tendrían lugar.

Quizás recuerden ... - Al recordar que había predicho estas cosas, percibirían que era omnisciente y recordarían también los consuelos que los había proporcionado y las instrucciones que les había dado. Si estas calamidades hubieran caído sobre ellos sin que se les hubiera predicho, su fe podría haber fallado; podrían haber estado tentados a suponer que Jesús no los conocía y, por supuesto, que él no era el Mesías. Dios no deja que su pueblo caiga en pruebas sin darles suficiente advertencia y sin dar toda la gracia necesaria para soportarlos.

Al principio - En la primera parte del ministerio de Jesús. La expresión de estas cosas aquí se refiere, probablemente, a todos los temas contenidos en estos capítulos. En la primera parte de su ministerio, les había advertido de calamidades y persecuciones Mateo 10:16; Mateo 5:10; Mateo 9:15, pero no los había familiarizado con la naturaleza, el diseño y las fuentes de sus pruebas; no los había informado tan completamente del hecho, las circunstancias y el objeto de su muerte y de su ascensión al cielo; no les había revelado tan claramente que el Espíritu Santo descendería, los santificaría y los guiaría; y especialmente, en un discurso continuo, no había agrupado todas estas cosas juntas, y puesto sus penas y consuelos tan plenamente ante sus mentes. Todos estos están incluidos, se supone, en la expresión "estas cosas".

Porque estaba contigo - Esta es la razón que explica por qué al principio no les había dado a conocer claramente la certeza de sus calamidades y sus alegrías; e implica:

1. Que no era necesario hacerlo de inmediato, ya que él estaría con ellos por más de tres años, y podría tener abundantes oportunidades gradualmente para enseñar estas cosas, y prepararlas para el anuncio más completo cuando estaba a punto para dejarlos

2. Que mientras estaba con ellos iría delante de ellos, y el peso de las calamidades recaería sobre él, y en consecuencia no necesitarían tanto la presencia y la ayuda del Espíritu Santo como lo harían cuando él se fuera.

3. Que su presencia era para ellos lo que sería la presencia del Espíritu Santo después de su muerte, Juan 16:7. Podía enseñarles a todos la verdad necesaria. Podía consolarlos y guiarlos. Ahora que debía dejarlos, les informó completamente de lo que estaba delante de ellos y del descenso del Espíritu Santo para hacer por ellos lo que había hecho cuando estaba con ellos.

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