Cuyas bocas deben ser detenidas - La palabra aquí detenida - ἐπιστομιζειν epistomizeína - no ocurre en ningún otro lugar del Nuevo Testamento. Significa, apropiadamente, controlar o frenar, como con una brida; para frenar, o frenar; y luego, poner en silencio. Por supuesto, aquí se implica que esto debía hacerse de manera adecuada y de acuerdo con el espíritu del evangelio. El apóstol no le da a Timoteo poder civil para hacerlo, ni lo dirige a pedir la ayuda del brazo civil. Toda la agencia que él especifica como apropiada para esto, es la de argumento y exhortación. Estos son los medios apropiados para silenciar a los defensores del error; y la historia de la iglesia muestra que a los ministros de religión no se les puede confiar ningún otro; compare Salmo 32:8.

Quien subvierte casas enteras - Familias enteras; compare Mateo 23:14; 2 Timoteo 3:6. Es decir, los apartan de la fe.

Enseñando cosas que no deberían, por amor de Dios - Para obtener ganancias. Es decir, inculcan las doctrinas que se harán populares y que les darán acceso a la confianza de la gente. Su primer objetivo es adquirir influencia como ministros de religión, y luego abusar de eso para obtener dinero de la gente. Esto sin duda lo harían bajo muchas pretensiones; como que era necesario para el apoyo del evangelio, o para el alivio de los pobres, o tal vez para la ayuda de cristianos lejanos en la persecución. La religión es el principio más poderoso que gobierna la mente; y si un hombre tiene el control de eso, no es difícil inducir a los hombres a renunciar a sus posesiones mundanas. En todas las épocas, ha habido impostores que se han aprovechado del poderoso principio de la religión para obtener dinero de sus ilusos seguidores. Ninguna gente puede estar demasiado vigilante con respecto a los pretendidos maestros religiosos; y aunque indudablemente es su deber contribuir generosamente para el apoyo del evangelio y la promoción de toda buena causa, no es menos su deber examinar con cuidado cada objeto de benevolencia propuesto y observar con ojo de águila a quienes tener el desembolso de las organizaciones benéficas de la iglesia. Es muy raro que los ministros tengan mucho que ver con la disposición de los fondos dados con fines benévolos; y cuando lo hacen, deben asociarse en todos los casos con sus hermanos laicos; ver Horae Paulinae de Paley, cap. iv., N ° 1, 3, nota; compare 1 Corintios 16:3. En la frase "lucre sucio", vea las notas en 1 Timoteo 3:3.

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