Y a causa de la supereminente grandeza de las revelaciones, para que no me ensalce demasiado, me fue dado un aguijón en la carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca demasiado. [Desde las edades más tempranas, los hombres se han entregado a especulaciones salvajes en cuanto a lo que Pablo quiso decir con su aguijón en la carne. Ver comentario en 1:10. La teoría más plausible es que se trataba de una oftalmía aguda y desfigurante.

Baste decir que fue alguna enfermedad corporal la que actuó como un equilibrio en la mente de Pablo, atrayendo sus pensamientos y su atención a su estado terrenal, para que no se detuvieran demasiado constantemente en la meditación sobre las cosas que le habían sido reveladas.]

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Antiguo Testamento