44-50. En lugar de admitir o negar la acusación de blasfemia contra el templo, se compromete a mostrar el verdadero valor religioso de ese edificio. Esto lo hace, primero aludiendo a la naturaleza móvil y perecedera del tabernáculo, que precedió al templo, y luego, mostrando, de los profetas, que la presencia de Dios no se limita a los templos hechos con manos. (44) " Tuvieron nuestros padres el tabernáculo del testimonio en el desierto, como él lo había ordenado, diciendo a Moisés que lo hiciese conforme al modelo que había visto; (45) el cual también nuestros padres, habiendo recibido, trajeron con Josué en posesión de los gentiles, a quien Dios echó de delante de nuestros padres hasta los días de David, (46)que halló gracia delante de Dios, y deseaba hallar morada para el Dios de Jacob.

(47) Pero Salomón le edificó una casa. (48) Sin embargo, el Altísimo no habita en templos hechos de mano, como dice el profeta, (49) El cielo es mi trono, y la tierra el estrado de mis pies. ¿Qué casa me construirás? dice el Señor; o ¿cuál es mi lugar de descanso? (50) ¿No hizo mi mano todas estas cosas? "Con esta declaración, el orador se atrinchera detrás de hechos indiscutibles de su propia historia y de los sentimientos de sus propios profetas, en referencia al templo, y ahora está listo para arrojar sobre ellos todo el poder oculto de los hechos cuidadosamente arreglados de la vida de Moisés y de José.

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