Juan cayó a sus pies como muerto; y Cristo dijo: "No temáis, yo soy el primero y el último, el que vivo y estuve muerto, y he aquí que vivo por los siglos de los siglos". Yo estaba muerto; pero ya no estoy muerto. Tengo "las llaves del infierno y de la muerte". Nada puede pasar sin mí. ¡Espléndido ánimo! ¿Quién no estaría bajo tal capitán y seguiría a tal líder?

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