Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo ; una prueba de la afirmación que acabamos de hacer, de que los mandamientos de Dios no son gravosos. Nada se opone a su cumplimiento sino el amor al mundo; y esto es superado por todos los que son nacidos de Dios.

Esta es la victoria, nuestra fe ; porque por la fe vemos a Jesús el Hijo de Dios como nuestro Salvador, y con él las realidades eternas e invisibles del cielo, 2 Corintios 4:18 ; 1 Pedro 1:8 ; y así vencemos el miedo al hombre y el amor a las cosas visibles y temporales.

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