El misterio de la fe ; las doctrinas del evangelio, llamadas así porque están dirigidas a nuestra fe, y son una revelación de verdades inescrutables a la luz de la razón humana.

En una conciencia pura ; una conciencia no contaminada por la indulgencia en prácticas pecaminosas. Los diáconos deben ser sanos en la vida diaria, así como en la fe.

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Antiguo Testamento