Por la sangre del Cordero, por la palabra de su testimonio ; no por armas carnales, sino por fe en la eficacia de la expiación de Cristo, y su fiel testimonio de su verdad.

No amaba sus vidas hasta la muerte ; no renunciaría a la verdad para salvar sus vidas. Los hijos de Dios serán triunfantes, y saldrán vencedores, y más que vencedores, sobre todos sus enemigos; no por estratagema o fuerza mundana, sino por el poder de la verdad y el amor ejemplificados en la cruz, y establecidos por el Espíritu Santo.

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Antiguo Testamento