Fortalécete en el Señor ; como aquellos que están unidos por la fe al Señor Jesús, y dependen de él para obtener fuerza y ​​toda la ayuda necesaria para cumplir con cada deber, soportar cada prueba y vencer a cada enemigo.

En el poder de su fuerza ; en el poder que tú posees, que su fuerza proporciona. Aunque toda nuestra fuerza en la vida cristiana proviene de Dios, todavía es nuestro deber tener fuerza, porque es nuestro deber buscarla en Dios con fe y humildad, y cuando así la buscamos, siempre la recibimos.

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