Yo soy la resurrección ; el autor de la resurrección, y el dador de la vida temporal y eterna.

Aunque estuviera muerto ; más exactamente, aunque muera. El Salvador tiene presente el caso de los que, como Lázaro, han padecido la muerte natural.

Sin embargo, vivirá ; su alma aún vivirá en bendita comunión con Dios. Para el creyente, cuya alma es vivificada por la unión con Dios a través de Cristo, la muerte del cuerpo será sólo un sueño, del cual será despertado en la resurrección, a una gloriosa inmortalidad.

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Antiguo Testamento