Es a través de muchas tribulaciones que los cristianos deben entrar en el reino de Dios. Pero no deben estar ansiosos. Que se encuentren en todo momento en la senda del deber, y cuando lleguen las pruebas, esperen estar preparados para ellas. Dios no permitirá que les sobrevengan calamidades, excepto aquellas que anulará para el avance de su gloria y su mayor bien.

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Antiguo Testamento