terminado ; terminó su sermón del monte, según consta en los últimos tres capítulos.

asombrado ; no es de extrañar, porque este es un sermón muy asombroso. Llena, en sus explicaciones, la ley de Dios en su plenitud divina. Muestra a los hombres el camino de la excelencia, la utilidad y la felicidad. Señala sus peligros y la forma de escapar de ellos; sus deberes y la forma de cumplirlos. Les presenta los motivos mejor adaptados para llevarlos a evitar uno y realizar el otro; y lo hace con brevedad y claridad, pertinencia y plenitud, sencillez y franqueza, belleza, amplitud y fuerza que son verdaderamente divinas.

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Antiguo Testamento