Sin embargo ; a pesar de su buena opinión de ellos.

Por la gracia que me ha sido dada ; como Dios lo había iluminado y hecho ministro, no sólo de los judíos, sino especialmente de los gentiles, y como la iglesia de Roma estaba compuesta de ambos, pensó que era un dictado de amor escribirles a ambos, y así recordarles claramente de su deber y de los motivos adecuados para inducirlos a cumplirlo.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad

Antiguo Testamento