Danos gratuitamente todas las cosas ; como Él, por iniciativa propia, nos dio a su Hijo unigénito para que fuera nuestro Salvador, y renovó nuestros corazones por su Espíritu, perdonó nuestros pecados y nos justificó por su gracia, ¿quién puede dudar de que nos dará todo el bien que necesitamos? La muerte de Cristo es evidencia concluyente de que nada que al final promueva su beneficio les será negado a los que creen en él.

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Antiguo Testamento