Los ojos de la doncella se comparan aquí con palomas, asomando por detrás del velo (RV). Como es habitual en las novias sirias, su cabello no está trenzado, sino que cuelga suelto, como un rebaño de cabras negras que pastan en la ladera de una montaña, y parece como si estuvieran suspendidas de ella (RV).

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