Repito que Él propone una nueva disculpa a este nuevo elogio de sí mismo; que nadie me considere un tonto al jactarme así de mí mismo; que nadie piense que me complace hacerlo, o que lo hago sin una razón muy fuerte. Que se considere la provocación que he recibido: que se sopese debidamente la necesidad de la circunstancia y la importancia de mi carácter, y seguramente seré excusado. Pero si de otra manera, si alguno me considera tonto en esto, soporta mi necedad y escúchame pacientemente sin ofensa; para que yo pueda jactarme un poco como los demás.

Lo que hablo sobre este tema; No lo hablo en pos del Señor. No por ninguna dirección o inspiración inmediata de Cristo; ni a su ejemplo, y de la manera que le parezca digna; pero por así decirlo tontamente , etc. De tal manera que muchos pueden pensar que es una tontería, y de hecho lo serían, si no me obligara a hacerlo para poder vindicar mi apostolado y confirmarte en la verdad.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad