Vuelvo a decir: que nadie me considere un tonto; si de otra manera, recibidme como un necio, para que me gloríe un poco.

Ver. 16. Que nadie piense en mí ] Nunca hubo hombre, ni acción, sino que estuvo sujeto a una variedad de censuras y malas interpretaciones, hombres necios que se atreven a reprender lo que no comprenden. Me gusta la resolución de San Agustín en este caso. Non curo illos censores, qui vel non intelllgendo reprehendunt, vel reprehendendo non intelligunt.

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