Será como la luz de la mañana. Estas palabras son una descripción más del deber del rey, que no es sólo gobernar con justicia y piedad, sino también con dulzura, mansedumbre y condescendencia ante las debilidades de su pueblo; para hacer su gobierno tan aceptable para ellos como lo es el sol en una mañana clara, o la tierna hierba que brota de la tierra por los cálidos rayos del sol después de la lluvia.

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