Levanté a vuestros hijos para profetas. Tales fueron Moisés, Josué, Samuel y muchos otros; y de tus jóvenes para los nazareos que, al dedicarse a mi servicio de una manera peculiar y al observar ritos peculiares, fueron un honor para ti. Pero diste vino a los nazareos. Tentaste a los nazareos para que violaran su voto y despreciaran la ley de Dios, persuadiéndolos de beber vino; y mandó a los profetas, diciendo: No profetices. Has mandado a los profetas que callen , y no hablen contra tus actos, ni denuncien ningún castigo contra ti por ellos. Un ejemplo de esto lo tenemos en el mismo Amós, cap. 7.

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